septiembre 05, 2007

El Príncipe Saltamontes

El Príncipe Saltamontes


Han pasado algunos años después de que la princesa de Hielo salió de su castillo en busca de una nueva vida, una como cualquiera...
Se dio cuenta que encerrada en una cueva oscura y sola no encontraría la felicidad, porque en el fondo es lo único que desea.

Ya no servía de nada esconderse y negarse a ver la realidad, así que camino a Tolecia se encontró con un caballero, sin caballo y con pedazos de armadura gris, él la vio y le ofreció su compañia hasta el Reino que hacía mucho no había visto.

El camino era largo, ella se fue fijando en las cualidades de aquel caballero, sabía que era raro encontrar a un gentilhombre como él; inteligente, caballeroso, culto, guapo, valiente, intrépido...
Él viene del Reino Guto que se encuentra a 10 días luz de Tolecia, la forma de ser de el extraño resultó agrabable para la Princesa, quedó encantada por su simpatía y la manera en como sobrellevaba los problemas, él le enseñó que no todo es malo y que siempre hay que ver la vida de una manera positiva y sencilla.

Los días transcurrían y el camino se hacía cada vez más largo y pesado, pero la princesa empezó a sentir “algo” hacia ese agradable caballero, que parecía que había caído de otro universo, se preguntaba si su padre se lo habría mandado del cielo.

Sólo que había una cosa que ella no había recordado, sí ella llegaba a enamorarse de un hombre y este no le correspondía caería en él un hechizo que antes de morir su padre dejó para proteger a la más pequeña de sus hijas del dolor que causa un amor mal correspondido.

Después de unas semanas, ella estaba completamente enamorada del caballero de armadura sucia, ella sólo podía ver lo bueno y lo increíble que él era y no se percató de las señales que decían que no era correspondida, él tenía fama de nunca haberse enamorado, y sólo tomar a las chicas por un rato hasta que se aburriera o encontrara algo mejor.

Por fin llegaron a Tolecia, ella lo invitó al Palacio, le pidió que se quedara, porque se sentía sola y creía haber encontrado a un hombre honesto.
Él aceptó la invitación pero sólo por unos días, después él tomo un caballo del Palacio y se marchó dejando una carta de despedida dando las gracias, la princesa de nuevo quedó desconsolada pensando sí algún día encontraría a la persona que se quedará a su lado y no la deje nunca.

Ella intentaba seguir en contacto con él, le escribía cartas las cuales él, tardíamente contestaba, para ella esa era una señal de que tal vez existía aún algún interés aunque fuera un poco, él le mandó una imagen donde salía en un lugar desconocido pero muy hermoso.

La princesa se conformaba con ver esa imagen todos los días y leer esas cartas que guardaba día a día...

En Tolecia habría una gran celebración, así que la fría chica decidió extenderle la invitación al caballero, este aceptó de inmediato, ella lo veía como una gran oportunidad para poder hacer algo para que él se fijara en ella.

El día de la Celebración estaba tan nerviosa por qué lo vería de nuevo, que no le importó nada más que estar con él, así que después de haber comido, bailado y bebido, pasaron la noche juntos.

Al día siguiente como había ocurrido meses atrás ella despertó con la ilusión de que esta vez él se quería con ella para siempre, pero cuál fue su sorpresa que al despertar de nuevo había dejado una nota de agradecimiento.
Ella perdió toda ilusión y esperanza de que ese caballero se quedara con ella, ni siquiera existía la esperanza de volverlo a ver alguna vez, así que decidió dejar de escribirle...
Pasaron algunos meses cuando ella se enteró de que el Caballero en realidad no era un simple caballero, si no que era el Príncipe de Guto, y se había comprometido con la Princesa de Morey.

La princesa de hielo recibió la noticia de puño y letra de él, en la cual dejaba ver cierto interés extraño hacia ella...así que decidió decirle que lo amaba, que le había cambiado la vida, él desconoce el pasado de la Princesa, y él la ayudo sin saberlo a sentir de nuevo algo dentro de ella y a darse cuenta que dentro de su corazón todavía existe una chispa de calor que él logró encender y derretir su frío corazón.

Al pasar el tiempo la Princesa recibió una nota de Guto, comunicándole que el príncipe se había convertido en un “saltamontes”, el hechizo de su padre surtió efecto al casarse con la futura gobernante de Morey.

Ahora la princesa sigue sola y la única manera de deshacer el hechizo es que él se enamore de ella...